Muy buenas!
Se acerca el fin de semana y yo aún no he asomado la patita con mi receta, pero por aquí te dejo mi propuesta para ésta semana, una receta de esas sencillas .... de las que más suelen gustar.
Además si eres de los que te gustan las tartas de queso cremosas, ésta sin lugar a dudas te encantará.
Y también te digo que ya notarás que últimamente no sólo hago masas levadas, ya te aviso que últimamente me dedico a divertirme con cada receta, digamos que visualizo el resultado final antes que nada, es decir me recreo tanto en la presentación final como en la elaboración de la misma. Vamos que escojo cada detalle, cada ingrediente...
Bueno lo dicho, prepárate, se vienen recetas locas!
Ingredientes
Para la base
160 g de galletas tipo María
45 g de mantequilla derretida, enfriada
Para la tarta de queso
600 g de queso crema Philadelphia, a temperatura ambiente
70 g de azúcar
4 yemas + 2 huevos M
1 cucharada de vainilla en pasta
200 g de nata para montar con un 35% M.G.
1 cucharada de maicena
Elaboración
Lo primero será calentar el horno a 180ºC.
Forra un molde de 20 con papel de horno, tanto en la base como en los laterales. Reserva.
Derrite la mantequilla y deja que se atempere un poco, mientras tanto en un procesador de alimentos tritura las galletas e incorpora la mantequilla derretida a la mezcla, debemos obtener una textura arenosa.
Lleva la galleta triturada al molde y con la ayuda de un vaso, presiona la galleta sobre el fondo y los laterales del molde de forma uniforme. Hornea por 8 minutos, luego retira el molde del horno y deja que se enfríe, mientras tanto prepara la mezcla de la tarta de queso.
En el bol de una batidora de pedestal equipada con el globo batidor, bate el queso junto con el azúcar y la vainilla. Luego incorpora los huevos ligeramente batidos junto con la nata y la maicena, bate hasta que la mezcla se integre por completo.
Vierte la mezcla de la tarta de queso sobre la base de galleta que tienes reservada, alisa la superficie de la tarta y lleva al horno durante unos 40 minutos.
Pasado éste tiempo apaga el horno y deja la tarta en su interior con la puerta entre abierta para que se enfríe por completo. Luego cubre con film el molde y lleva al frigorífico para que la tarta termine de asentarse hasta el día siguiente.
Al día siguiente tan sólo deberás desmoldar con cuidado la tarta y colocarla sobre un plato de servir, espolvorea con azúcar la superficie y con la ayuda de un soplete quema el azúcar hasta que se caramelice.
Por último decora como más gustes.
Eso sí, debes recordar que a la hora de servir debes romper la superficie caramelizada antes de cortar y servir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario